- Texto de la Conferencia TEDx Córdoba, 23 de agosto de 2014 -
SOY UNA MADRE, SAQUÉ A MI HIJO DE LA ESCUELA,
Y SOBREVIVIMOS!
Hace casi diez años, tomamos esta decisión después de años de forzar de muchas maneras la educación de nuestro hijo, o guardería, o jardín o escuela.
O porque los adultos tenemos que trabajar, o porque me tengo tomar un respiro, o porque así son las cosas en la vida social humana en este mundo.
Él manifestaba abiertamente, a su modo, desde muy chiquitito, con llanto, gritos, humor y mal humor que aún no estaba listo. Desde subirse a un árbol y no bajar hasta que el papá le desprendía dedo a dedo la rama de sus manos, al atravesar la casa, tomado de los marcos de las puertas, sacarlo del auto! Entrarlo a la escuela, verlo detrás de las piernas de la maestras.
Todo su cuerpo y su alma pedía a gritos. No lo escuchábamos.
¿Saben cuando me dí cuenta? Porque hasta ese momento sólo nos pusimos a buscar otra escuela, pensando que sólo era eso. No se adapta, decíamos. Más de lo mismo, otra escuela, no otra educación.
Hasta que encontramos un lugar en donde unas pocas familias habían armado un espacio, L’ Abellarola, en donde con una educadora, acompañaban los procesos de los niños.
Escuchan esto? Acompañar los procesos de los niños!!! Soy Coach ontológico, me dedico a acompañar, escuchar a las personas que declaran que desean necesitan cambiar algo en sus vidas. ¿Se entiende?
Ahí comprendí, ahí se me abrió otro mundo, ahí cambió el rumbo de mi profesión y de mi vida.
Comprendí que lo que yo podía hacer en mi trabajo como coach con los adultos, no lo sabía hacer con mi hijo.
Ahí la educadora y los padres acompañaban su aprendizaje sin invadir, sin decirles que aprender, y allí, esa educador nos decía: “Yo también estoy aprendiendo, sobretodo me cuesta NO ENSEÑAR”.
Espacios con todos los materiales a disposición de los niños, desde juegos hasta las matemáticas para aprender de manera concreta, en la experiencia.
Ahí empezó nuestro desaprender, les cuento: “meses sin saber cómo hacer para no dirigir, esperar, escuchar,” Mudos ante un pedido, un reclamo de él. Nos mirábamos a ver cómo se hace esto de No enseñar..????
Aprendimos de reglas de convivencia diferentes, aprendimos que el compartir se aprende compartiendo, no diciendo Compartí, no seas malo! Así quedé yo el día que le pidieron al niño una galletita y dijo No, y estaba todo bien! estaba aprendiendo a defender lo suyo, el otro aprender a esperar, a recibir un No.
Acaso hay adultos que le prestan a cualquiera su automóvil a un desconocido? porque lo tienen que prestar ellos en la plaza???
Aprendimos del tiempo de cada uno, de la diferencia entre la necesidad del adulto y la del niño.
EN aquel momento, ya hace 11 años, fuimos invitados a un encuentro de escuelas alternativas en Barcelona. Éramos 15 y 20 grupos de diferentes lugares de España. Escuelas nuevitas como nosotros, de 4 y 30 años de vida, de diferentes tipos de pedagogías, allí vi lo que se estaba armando, y aún estoy con el alma en ello. Visitamos algunas de ellas y el asombro para nosotros fue, la autonomía y la decisión de los niños y niñas de esos espacios, educados respetando sus procesos.
¿Conocen niños niñas adolescentes que NO quieren ir a la escuela?
Está lleno verdad? Y qué hacemos? Seguimos como si el problema fuera de ellos.
Poniendo en ellos nuestros miedos, a que no podrá ganarse la vida, a que no podrá aprender si se le pasa el tiempo, a que se quedará solo sino socializa.
Son nuestros miedos, nuestra falta de confianza. Y sobretodo nuestra falta de confianza en ellos.
Estuvimos además un año sin siquiera aquella escuelita alternativa, sólo compartiendo semanalmente encuentros con familias, aprendió a leer y escribir, geografía con Asterix y TinTin, ja ja!
Educación en casa y educación itinerante, hay escuelas itinerantes! Aprendíamos con los niños en la experiencia del vivir, las compras, los oficios, los viajes, las bibliotecas, el teatro callejero.
Nuestro hijo volvió a la escuela oficial, a los diez años por su propia voluntad. Con unas ganas de aprender que nunca imaginamos llegaría a tener, dado lo vivido antes de sacarlo de la escuela.
Encontramos una escuela pública, Pi del Burgar, en donde la directora desarrolló una adaptación de escuela democrática. Allí desde los 3 años elijen que aprender. LO que sea, las motos, el fútbol, los juegos, las abejas, los dinosaurios.
Dicen para qué quieren aprender esto, qué saben de ello y qué más quieren saber. Defienden su decisión, aprenden a sumarse a otro cuando no gana su proyecto, votan y los maestros adaptan las materias al tema elegido.
Tienen asambleas para tratar temas de conflictos y futuros planes. Trabajan las emociones y se acompañan entre las diferentes edades.
¿Qué nos pasó que olvidamos lo que sentíamos cuando fuimos adolescentes?
¿Acaso no nos comíamos el mundo junto a nuestros amigos?
Hablo de esto con gente y me dice:
“ Y sí, si a los 16 me fui solo a dedo a Brasil”
“ me fui con mi amigo una semana caminando de campamento”
“ creamos el Centro de estudiantes”
“Cuidé a mis hermanitos”
Yo recuerdo esa fuerza, recuerdo esas ganas, y recuerdo que mi mundo eran mis amigos, porque para eso es esa etapa.
¿Y porqué cuando estamos con ellos creemos que no podrán si no hacen las cosas como nosotros las vemos hoy?
No sabemos qué pasará mañana, por lo tanto menos sabemos lo que pasará dentro de 10 o 20 años.
Creamos espacios educativos siguiendo como caballo de sodero, decía mi abuela, como modelos antiguos, de 200 años atrás, y pretendemos que los chicos se adapten, sino tienen un problema, ELLOS!
A los niños que vienen ya no les sirve la escuela que tenemos, pero insistimos. Hacemos más escuelas iguales, agregamos horas, profesores, días, y no cambiamos nuestra forma de mirar, NO escuchamos lo que necesitan ellos, miramos nuestra necesidad.
La necesidad del adulto no es la necesidad de los niños.
Aunque nuestro hijo siguió en la escuela oficial, yo seguí en este camino, en el 2008 nos juntamos un grupo de padres y educadores y armamos el Submarí Lila en Tarragona, empezó con 5 niños hoy hay casi 40. Los formadores de maestros de la Universidad se han interesado para que sus alumnos la incluyan en sus prácticas.
ACOMPAÑAR
¿Alguien en la sala se busca la vida con algo que NO aprendió en la escuela?
Conozco mucha gente que cambió de carrera a los 40, o al jubilarse hace lo que le gusta!!, y yo misma que elegí mi carrera a los 40 años.
Y sin embargo presionamos para que a los 17!!! sepan que estudiar, para ganarse la vida, a lo sumo a los 18.
Aquí verán una larga lista de personajes conocidos que no creerán que han pasado por esto. Las celebrities fueron niños alguna vez…!
Todo el circo de la vida está montado para elegir, millones de cosas para hacer, pero desde que nacen les decimos qué comer, cómo vestirse, si está frío el día, con quién juntarse, el colegio que nos queda más cerca; en la escuela 15 años qué se debe aprender.
Y cuando llegan a los 18, a decidir solito y no equivocarse.
ESCUELAS NUEVAS
Por todo esto y mucho más, hay un movimiento en muchas partes del mundo, de padres, madres y educadores que están creando nuevos espacios, nuevas escuelas.
Casi 12.000 o más es el mapeo hecho por varias redes de educación alternativa que funcionan de diversas maneras.
Gente que está en cuerpo y alma, arremangándose para que sus hijos Hoy, tengan un acompañamiento en su educación que los respete, los escuche.
Gente que arriesga, que prueba, que se equivoca y sigue adelante. Apoyémoslos, acompañémoslos. Escucho muchos juicios negativos sobre ellos, elitistas, hippies, irresponsables, ignorantes.
Yo los honro, por el coraje, por que se exponen, porque se juegan.
Lo hacen por sus propios hijos, pero también beneficia a nuestros hijos, a nuestros nietos.
Dice un gran maestro espiritual: “Por Amor al Amor”
Si los niños y jóvenes no disfrutan aprendiendo, no es el camino.
Si somos capaces como padres de mover el mundo si un hijo tiene una grave enfermedad física, ¿porqué no nos movemos si está padeciendo en el lugar que se supone le está enseñando, formando para la vida?
“Por Amor al Amor”, Padres, Madres Maestros, Rompan Filas!
Hay un gran nuevo mundo para sus hijos.
